domingo, 13 de mayo de 2007

Sin coche ni tarjeta de crédito hasta el lunes...

Ayer, con toda la familia en el coche y en mitad de la autopista, el acelerador del coche dejó de funcionar. Coincidió que llevábamos un móvil con poca batería, pero suficiente para llamar al servicio de asistencia del Seguro. La chica que nos atendió no parecía especialmente espabilada (nos repitió varias veces las mismas preguntas, del tipo de, ¿quieren un taxi? sí, y ¿a dónde quieren que les llevemos el coche? ummm, no sabemos, dependerá de la avería...además, no sabemos qué talleres estarán abiertos un sábado por la tarde...etc. etc.). Le dije que me estaba quedando sin batería y que por favor, decidiese ella misma qué hacía y me llamase. Me aconsejó que no nos alejásemos del coche y le recordé que estábamos en mitad de una autopista con 2 niños de 2 y 4 años, y que difícilmente iríamos a dar un paseo.

Coincidió que estábamos al lado de un puesto de SOS y pensé que a lo mejor era buena idea darle al botón, aunque fuese para que anunciasen que había un coche estacionado en el arcén. Me respondió una voz en varios idiomas diciendo que mi solicitud estaba en curso.

Tras veinte minutos, apareció la grúa y el taxi del seguro (los del SOS supongo que estarán todavía procesando la solicitud) y nos llevaron el coche a un almacén y a nosotros a nuestra casa. Nos dijeron que siendo sábado, lo mejor sería dejar el coche en el almacén y que el lunes nos lo llevarían a un taller que hay al lado de nuestra casa.

Al volver, se nos ocurrió que, dado que en nuestro seguro habíamos pagado para tener un coche de sustitución, podíamos llamar de nuevo a ver qué nos decían. Respuesta, no, el coche de sustitución sólo lo ponen cuando se trata de siniestros, no de averías. En fin...

Por la tarde, a la hora de hacer la compra descubrí que no encontraba la tarjeta de crédito. Tras buscarla en todos los sitios que se me ocurrieron, pensé que el último día que la usé fue para pagar la cena del pasado miércoles. Llamé al correspondiente restaurante y no la encontraron.

Así que decidí llamar al teléfono del banco para cancelar tarjetas. Un maldito teléfono 902 que me recordó una página que me enseñaron hace poco. Tras unos 10 minutos esperando, llamando a diversos números y escuchando melodías, logré dar de baja la tarjeta de crédito. Pregunté si me podían decir si hubo movimientos desde el miércoles y me dijeron que ese servicio no lo podían hacer...total, que hasta el lunes seguiré con la intriga de saber si me han robado la tarjeta y la han utilizado, o si la extravié sin más.

3 comentarios:

Guti dijo...

Un maldito teléfono 902 que me recordó una página que me enseñaron hace poco. Tras unos 10 minutos esperando, llamando a diversos números y escuchando melodías, logré dar de baja la tarjeta de crédito. Pregunté si me podían decir si hubo movimientos desde el miércoles y me dijeron que ese servicio no lo podían hacer...

A mí todo eso me parece un motivo suficiente y una ocasión estupenda para ir a ver a esa gente y cancelar la tarjeta de crédito para siempre. Menudo servicio.

Y lo de no tener coche... pues tres cuartos de lo mismo. Los seguros no valen pa nada.

labra's blog dijo...

Se me olvidó comentar que al final creo que todo se resolvió felizmente, el problema del coche era el cable del acelerador y no es una avería grave. Y en la tarjeta no he tenido movimientos "extraños".

Sobre lo que dice Guti de cambiar de compañía, tanto para una cosa, como para otra, el problema es que no creo que haya muchas diferencias entre distintas compañías. Lamentablemente, lo de los "call center" se está poniendo muy de moda...

Anónimo dijo...

Realmente todo el mundo piensa que el seguro lo cubre todo, hay que leerse bien el condicionado general y saber que está cubierto. Nos enfadamos porque el seguro no cubre una avería, en lugar de enfadarnos con la marca de coches que no da un servicio suficiente si falla lo que nos ha vendido.